Sabrina Moon, una de las mejores pornstars chilenas
Ganarse la vida como actriz no es nada sencillo. Cuando una chica tiene ínfulas de artista y quiere convertirse en una estrella debe ser consciente del duro camino que le queda por delante. No se trata solo de formarse de la mejor manera posible, con clases, ensayos, pequeños papeles en cortometrajes y obras… Incluso cuando tengas algo especial y te hayas preparado lo suficiente, conseguir un buen papel para darte a conocer será complicado. Los directores de casting siempre buscan caras más reconocidas para sus proyectos, porque son las que atraen al público. Sin embargo, también dan oportunidades a nuevos rostros por descubrir, y esas son las opciones que hay que aprovechar. Llegar a convertirse en una estrella del cine o la televisión no es sencillo en Chile, donde la mayoría tiene que emigrar a otros países con mayor industria para alcanzar esa fama. Y si hablamos del cine porno, la situación es muy similar.
Si bien hay algunas productoras profesionales chilenas que tratan de sacar adelante películas y escenas con buena calidad, la mayoría del porno chileno es amateur. Gente grabándose en casa, o saliendo a grabar escenas con un presupuesto muy corto. Esto hace que la industria no haya podido consolidarse en el país, y cualquier chica que haya querido dedicarse a esto haya tenido que irse. Muchas lo han hecho a Argentina o Colombia, países donde sí que hay más oportunidades. Las más valientes han llegado incluso a Estados Unidos, la meca de este tipo de entretenimiento. Sin embargo, el lugar predilecto para la mayoría de pornstars chilenas es sin duda España. Un país hermano donde también se habla el mismo idioma, y donde el porno está ya muy profesionalizado. Llegar a España ya con intenciones eróticas es una opción, aunque para la mayoría, la vocación nace una vez ya instaladas allí, cuando lo ven como una alternativa. Es el caso de Sabrina Moon, una exuberante MILF chilena que llegó a España para buscar un futuro mejor y acabó entregada al sexo ante la cámara. Así es como se ha convertido en una de las pornstars chilenas más populares.
Una rubia exuberante
Destacar en un mundo como el de la pornografía tampoco es sencillo, incluso cuando tienes un físico espectacular y morboso. Y es que hay tantas chicas intentando llegar lejos, igual que tú, que la competencia es verdaderamente feroz. Hacen falta muchas cualidades para conseguir darte a conocer y no ser una de tantas que apenas duran un par de escenas y ya se queman. Sabrina, por fortuna, lo tiene todo para convertirse en la pornstar favorita del público. No solo un cuerpo exuberante y espectacular, sino también esa intensidad que muestra ante las cámaras. Su naturalidad a la hora de tener sexo es lo que la ha llevado a protagonizar numerosas escenas donde lo da todo, y no nos extraña que haya llamado tanto la atención del público, demostrando ser toda una profesional.
Triunfando en la industria del porno
Sabrina Moon llegó a Madrid desde su Chile natal, para buscar un mejor futuro. Y es que las cosas en su país no estaban demasiado bien en aquella época, y España sí que ofrecía diferentes oportunidades laborales. La rubia siempre ha reconocido que tenía mucha pasión en su interior, y que ha sido un poco exhibicionista durante toda su vida, pero jamás pensó involucrarse en producciones pornográficas. Fue algo casual lo que la llevó a presentarse a un casting en Madrid, ciudad en la que residía. Había visto varios vídeos de una productora española y pensó que estaría bien probar suerte, ganar algo de dinero y divertirse un poco con el sexo. Dicho y hecho. Su primera escena causó sensación, y Sabrina entendió que había encontrado su camino.
Su apellido artístico, Moon, procede de su propia cosecha, afirmando la chica que es un poco lunática, pero para bien. La conjunción de su nombre y su apellido, Sabrina Moon, es sencillamente perfecta, y también le ha ayudado a llegar más lejos en el plano internacional. Ha trabajado para productoras europeas y americanas, y aunque es cierto que su fama es mayor en España que en cualquier otro país, la chica ha logrado ganarse un hueco en la industria. De hecho, ante la ausencia de muchas otras pornstars chilenas, es una de las más populares dentro de las diversas plataformas de vídeos eróticos. Después de tantos años en España, eso sí, Sabrina casi ha perdido su acento chileno, y cualquier podría incluso pensar que es una española más dedicándose al porno.
Sus escenas más calientes
Al comenzar algo más tarde de lo habitual en este mundillo, Sabrina casi siempre ha estado vinculada a la categoría MILF. En 2014, cuando lanzó sus primeras escenas, contaba ya con 34 años, una edad relativamente avanzada para una actriz porno. Eso no fue óbice para que pudiera convertirse en una de las más espectaculares “novatas” dentro de la industria española. Sus escenas con Leche 69 y Fakings dieron las vuelta al mundo, porque la chica tenía algo que no era tan fácil de encontrar: una intensidad salvaje ante la cámara. La experiencia personal también ayudó a que pudiera adaptarse mucho mejor a todo este nuevo mundo del placer y el vicio. Pero esa pasión ya venía de fábrica, y lo único que ella tuvo que hacer fue dejarla fluir.
Pronto, Sabrina demostró que era una actriz muy cañera, y que disfrutaba mucho más de esas pasiones intensas y cachondas que del sexo tradicional. El sexo anal era una auténtica obsesión para ella, que también destacaba como una de las mejores mamadoras de la industria. Su intensidad y desparpajo ante las cámaras sorprendían, porque se notaba que a la chica le ponía mucho hacerlo de esa manera, sabiendo que al otro lado de la pantalla habría miles de personas viéndola. Sus escenas más cachondas casi siempre terminaban en un espectacular squirt, otra de las habilidades que esta chica logró desarrollar para diferenciarse del resto de pornstars.
Sus tatuajes y su desparpajo, marcas de la casa
Hay algo que siempre hace especial a una chica, y es una característica de su físico que solo tenga ella. En el momento en el que comenzó, Sabrina era una de las pocas chicas tatuadas de la industria, con dibujos muy llamativos en su torso. Esto hizo que pronto se la relacionara precisamente con esos tatuajes, conociéndola como la rubia chilena tatuada. Su desparpajo ante las cámaras también llamaba la atención. Era divertida, adorable por momentos, y muy viciosa a la hora de la verdad. Daba igual si el chico era más o menos lanzado, ella siempre se encargaba de tomar las riendas del encuentro y llevarlo a un nuevo nivel. Por eso esa pasión se trasladaba también a través de la pantalla, y Sabrina se ganó el cariño de tantos seguidores. Hoy en día, pasados ya los 40, sigue en activo y con ganas de destrozar a más actores gracias a su intensidad a la hora del placer.